Si
en estos verdes versos
trasluciera
un servidor,
no
los hallen fatuos,
pues
no lo son.
¿Sobre
qué versaría
la
palabra del poeta
sino
de su misma vida,
de
su angustia, de su herida?
¿Para
qué serviría
este
acopio de nostalgias
sino
para sublimar
la
pérdida que le abruma?
Clame
límpida esta lírica,
humilde,
liberadora,
cuando
el hombre ignora
entonar
«a lo divino».
José Urbano © 2015
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