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08 agosto 2013

El hombre que perdió el juicio

Queridos amigos, os pongo el microrrelato que presenté al concurso organizado en junio por los compañeros del grupo (cerrado) de facebook “UNED, Facultad de Filología”. El tema era Esperando las notas y la extensión máxima, 100 palabras.
El concurso se promovió para soportar algo mejor la terrible espera a que salgan las notas de fin de curso en la plataforma virtual de la universidad, que, mientras aparecen las susodichas, muestra una macabra leyenda en rojo: NO HAY CALIFICACIONES QUE MOSTRAR. Y todo el mundo de los nervios, claro.
Un abrazo.

El hombre que perdió el juicio 
No hay, no hay… ¡Carajo ya con los verbos baúl! ¿Dónde no hay?; ¿en el baúl? Será impersonal, transitivo, pues no huelo —él quería significar ‘veo’, pero la Semántica…— el verbo principal. ¿Y ‘sinestesia’ vendrá de ‘siesta’? Ufff. Prosigamos. ‘Calificaciones’ proviene seguro de ‘alif’ > ‘alificar’ —Ahora se acordó de Borges y del alfabeto árabe—. ¿Pero qué mierda de prefijo es una ce? Bueno, a ver… ¿Este ‘que mostrar’ es el famoso “que gálico”, de relativo o cuál coño que? Por Chomsky bendito —participio trunco—, qué difícil es articular palabra desde que estudio Gramática…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué buena, Jajajajajaja

Hajar.